En este artículo de Fiorillo y Gorwood se examinan los efectos de la pandemia de la COVID-19 en la salud mental y el modo en que la población y los profesionales sanitarios deberían abordarla eficazmente. La salud mental y el bienestar se han visto afectados por la pandemia de la COVID-19 en la misma medida que la salud física. Ha sido obligatorio hacer modificaciones en la práctica psiquiátrica para prestar apoyo a los pacientes psiquiátricos y a las personas de la población general que se han visto afectadas por las consecuencias psicosociales de la pandemia. Esto ha aumentado la cantidad de personas que necesitan ayuda psiquiátrica. Hay al menos cuatro grupos que han resultado más afectados:

El distanciamiento social, la cuarentena y el autoaislamiento pueden afectar significativamente a la salud mental. Una disminución de las interacciones sociales y un aumento de la soledad son factores de riesgo de diversos trastornos mentales, como la depresión mayor y la esquizofrenia. Los trastornos de ansiedad (pánico, TOC, estrés, trauma) empeoran debido a la epidemia, ya que estas personas se preocupan especialmente por su bienestar y por el de sus seres queridos. Las personas infectadas y los médicos y enfermeros que trabajan en servicios de urgencia y salas de reanimación tienen un riesgo especialmente alto y lo más probable es que muchos profesionales sanitarios sufran agotamiento mental y desgaste a medida que avance la pandemia.

El artículo deja entrever que los profesionales de salud mental deben considerar prioritaria la lucha contra la estigmatización social cuando traten a pacientes con COVID-19. Las personas deben ser conscientes de que están expuestos a una sobreabundancia de información sobre el virus y de que se preocupan innecesariamente debido a la cobertura que hacen los medios informativos. Se deberían regular los medios de comunicación para evitar una «infodemia» de este tipo.

Se anima a los psiquiatras a seguir defendiendo a sus pacientes y sus cuidadores, ya que incluso con el distanciamiento social y un servicio de salud mental sobrecargado, debe preservarse el derecho a ser tratado. Es probable que los problemas de salud mental, el abuso de sustancias y los trastornos del comportamiento aumenten debido al estrés inducido por la pandemia. El artículo ofrece cinco breves consejos para reducir al mínimo el riesgo de sufrir problemas de salud mental:

Los efectos de la pandemia de la COVID-19 en la salud mental y el bienestar de todos persistirán algún tiempo, aun cuando la pandemia haya terminado, por lo que sigue siendo esencial mantener la solidaridad y la resiliencia.